Harold López-Nussa al descubierto

Lenay Barceló | 25/DIC/2020

Aspectos poco conocidos de la vida del destacado pianista cubano fueron develados en el programa online Un ratico con Jorgito.

En el corazón de la barriada de San Leopoldo, en Centro Habana, en un pequeño apartamento, vio la luz 37 años atrás uno de los más grandes músicos cubanos de la actualidad: Harold López-Nussa. Con el virtuoso artista conversó Jorge Luis Robaina, líder del grupo Karamba, en su habitual espacio virtual, Un ratico con Jorgito.

Los inicios en el arte

Cuenta Harold que fue un niño muy feliz y asegura tenerles un cariño entrañable a los vecinos de Centro Habana, en especial del barrio de San Leopoldo, donde vivió los primeros años de su vida. Confiesa sentirse afortunado de su familia cuyos pilares fueron la madre pianista y el padre percusionista. Creció escuchando música clásica y también cubana, de ahí que el paso de verla como entretenimiento a sentirla como necesaria para vivir fuera natural.

Aunque el arte de los tonos y sonoridades es parte de su existencia desde siempre, López- Nussa recalca que su otra pasión es el deporte, en especial el béisbol. “Soy fanático del equipo Industriales”, de La Habana.

A los ocho años empezó a estudiar en la escuela y por el camino se definió por el piano como instrumento definitivo al cual entregar la vida misma. El rigor en el estudio lo ha llevado desde casa: “una vez que comencé a estudiar, hacer música era algo muy serio”, comentó.

“Aprendí que hay que superarse todo el tiempo, a veces llegar es más fácil que mantenerse. A la familia le debo eso, ellos siempre me han exigido mucho y eso lo agradezco. Creo que para triunfar siempre hay un factor, suerte de estar en un momento preciso, que te vean, pero la suerte se construye con esfuerzo y sacrificio. El talento por sí solo no es suficiente, a veces hay que sumar constancia o disciplina”, puntualizó López-Nussa.

Experiencias vitales para crecer

A su paso por grandes agrupaciones cubanas se refirió el pianista. Participé en diferentes proyectos y bandas como las de Klimax, Conexión Salsera, Haila María Mompié, Carlos Varela, entre otras. Gané mucho conocimiento que me sirvió para seguir adelante. Una de las oportunidades más grandes fue la que viví junto a la gran Omara Portuondo, con la cual compartí por tres años durante una gran gira. Fue una experiencia lindísima”, apuntó.

En 2007 arrancó con su nuevo proyecto y presentó su primer disco, Canciones, en el cual intervinieron muchos invitados. Recordó que al principio fue duro, pero luego de varios años comenzó a trabajar con una agencia francesa y las cosas fueron mejorando.

La covid-19 pegó fuerte

Este año ha sido el momento más difícil para los músicos y sobre la experiencia personal comentó López-Nussa: “Tenía el lanzamiento de un disco con invitados, una producción en la que estuve trabajando todo el 2019, así que fue muy duro este parón de la covid-19.

“También estaba prevista una gira por Estados Unidos, Asia, Europa, en fin, ha sido muy difícil, y estar tan lejos del escenario, dejar de tocar para la gente me afectó mucho. Estamos tratando de retomar algunas de estas cosas para 2021. Por suerte, tengo unas hijas maravillosas que adoro, las cuales me arroparon y ayudaron a superar este proceso”.

La salud del jazz en Cuba

“Aquí se hacen cosas excepcionales, hay músicos jóvenes haciendo obras increíbles, apostando por una música inteligente. Pianistas hay un montón, la escuela de piano nuestra es inmensa. Todos con un estilo propio y con mucha cubanía que se siente cuando tocan. Yo aprendo de ellos todo el tiempo.

“No hay mucho espacio para el jazz aunque estamos luchando por eso. Hay alguna presencia en los circuitos de teatros, pero los centros nocturnos son limitados para nuestra música. Afortunadamente se están abriendo otros centros no estatales que nos abren las puertas. Creo que hacen falta más lugares donde poder tocar y que esos músicos sean retribuidos, pero de que hay salud en el jazz cubano no hay duda”, subrayó Harold López-Nussa.

Nuevos proyectos sin dudas alumbrarán el camino de este gran pianista cubano, sobre todo porque el mundo merece disfrutar de un ser excepcional, como artista y también como persona.

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