Cuando la música y la imagen se unen en abrazo eterno, se inmortalizan, eso sucedió con este clásico del cine cubano.

Música para todos los tiempos: Fresa y Chocolate
No es posible disfrutar del todo una obra audiovisual sin el sello sonoro que le acompaña. Cuando la música y la imagen se unen en abrazo eterno, se inmortalizan, eso sucedió con el clásico del cine cubano Fresa y Chocolate.
Al decir de su realizador Tomás Gutiérrez Alea, siempre él tuvo un entusiasmo especial por la música cubana ya que la consideraba con extraordinarias cualidades, muchas de ellas desconocidas. "La música de Ignacio Cervantes y otros músicos cubanos del siglo pasado es prácticamente desconocida y de una excelente calidad y gran riqueza". Quizás fue por esa razón que José María Vitier, destacado pianista cubano encargado de realizar la música para el filme, utilizó obras de renombrados artistas como Ernesto Lecuona y Benny Moré, y los llevó a un plano superior.
El también compositor puso su propio sello en las creaciones. De acuerdo con el investigador y periodista Rafael Lam, el tema principal de Fresa y Chocolate tiene una atmósfera que evoca a otros temas contemporáneos. Antes de asumir la música de Fresa y Chocolate, José María ya había colocado su arte en las bandas sonoras de filmes como El corazón sobre la tierra (1983), En tres y dos (1985) y El siglo de las luces (1992), por solo mencionar algunas.
En entrevista ofrecida a la prensa, José María Vitier hizo referencia al reto de asumir la banda sonora de la película Fresa y Chocolate, con una trama tan compleja y con un argumento y guión que recurre con frecuencia a la música, incluso en los parlamentos de los actores.
Sobre la secuencia final comentó: "El abrazo final de los dos protagonistas entraña toda una forma de partido de los realizadores y está solucionado en los términos musicales de una danza lenta, alegoría del mundo frágil pero resistente del marginado, una melodía que en sí misma ya contenía la ambigüedad de estos seres, su drama y su redención".
El álbum que recoge la banda sonora de Fresa y Chocolate incluye temas como "Ilusiones perdidas” y “Adiós a Cuba”, ambas de Ignacio Cervantes, obras preñadas de cubanía y que quedarán para la posteridad a partir de este abrazo eterno con la escena.