Déjá-vu

Fiel representante del renacer de estilos y fusiones musicales diversas es el grupo Déjá-vu integrado por cinco músicos jóvenes que desde el 2007 se dedican a crear nuevas formas de enriquecer  la música,  fusionando diferentes ritmos cubanos con estilos como el rock, ska, reggae, jazz y otros que surjan de la inspiración de estos artistas.

La fusión  es la realidad de la música universal. Un fenómeno espontáneo en la que se mezclan combinaciones de sonidos.  Cuando se  trata de definir las influencias en el tipo de música que Déjá-vu hace, su director y compositor, Yamil Reyes, prefiere llamarle “fusión urbana” porque cada uno de sus músicos aporta aquellos ritmos que -antes de que pertenecieran a esta banda-  fueron recogiendo individualmente de las tocatas realizadas en  calles de La Habana, escenario donde emergen juveniles explosiones musicales de carácter espontáneo y experimental. 

“Déjá-vu se mueve por todas las ramas del reggae, lo fusionamos con la música cubana, con el son, con la bossa, con el jazz, con el blues, con ritmos africanos. De cierta manera es una especie de mensaje, porque hoy el mundo esta envuelto en conflictos de territorios, de recursos naturales, en un millón de problemas, y me parece que hacer música del mundo es pedir por la concordia”. Comentó Yamil Reyes, también letrista del grupo, quien agregó que las letras de sus canciones son el resultado de sus vivencias personales que describen lo que le ha pasado en el transcurso de su vida musical y de su vida consciente.

Esta banda de fusión urbana está integrada por Alejandro González (bajo); Miguel Comas (guitarra); Alberto Roque (batería); Miche Fusté (percusión menor y tumbadoras) y por Yamil Reyes (voz, dirección y composición). 

Tan joven como sus integrantes, Déjá-vu en sus casi cuatro años de trayectoria, ha actuado en festivales, conciertos individuales y grupales.  En todas sus presentaciones destacan por su musicalidad innovadora y prolijidad profesional. “Al público le damos una sensación placentera, porque no lo agredimos, no los maltratamos, sino que tratamos de transmitirle que la vida tiene sentido y que los problemas en algún momento se solucionaran”. Señaló Miguel Comas, guitarrista del grupo.

Tomado de Lagarto Verde

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